tetasza
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peekaboo
:)when ia m online
#sexy #hot #peekaboo #latin
Listed on: 10/02/19. Duration: 0:25
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Nora!! i luv that toy ... nd more when i sll the control!! Listed on: 10/02/19. Duration: 4:11
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Me basta notar el agua sobre los hombros para sentir cómo mis músculos se van relajando poco a poco. Cierro los ojos bajo el chorro y me mojo el pelo, y un escalofrío me recorre por completo. Suspiro y tanteo con la mano una de las esquinas de la bañera hasta que doy con ese objeto redondo. Sonrío consciente de lo que viene a continuación y sin despegar los párpados siquiera deslizo los dedos por el juguete. Presiono el botón indicado, que conozco ya de sobra como si formara parte de mi propio cuerpo, y oigo cómo se ha puesto en marcha. Con una tranquilidad que me sorprende, dirijo el artilugio de placer al lugar que hay entre mis piernas y libero un leve gemido al sentir el contacto.
Mi imaginación comienza a revolotear libre, y me resulta sencillo recrear cómo la boca de la mujer que me ronda la cabeza se hace un hueco entre mis pliegues, en busca de ese lugar tan concreto que hace que mi piel se erice. Los movimientos circulares del pequeño objeto que sostengo entre mis manos imitan el vértice de una lengua inquieta, persistente y obstinada. Tanto que parece que en lugar de una sean dos.
Con el propósito de lograr una mayor exposición a la estimación que me ofrece el juguete, levanto una pierna y la dejo descansar en el borde de la bañera. Separo mis labios íntimos con lentitud y lo coloco sobre mi clítoris. Ese cambio provoca que mi placer se incremente considerablemente. Vuelvo a gemir. Siento el orgasmo cerca y ya lo ansío. Lo quiero, y lo quiero ahora, de modo que llevo mi índice al botón que hace que a la oscilación se le sumen vibraciones intensas.
[img=234x0]https://www.lelo.com/es/blog/wp-content/uploads/2016/04/Ora_2_234x60_20150720.jpg[/img]
Mi espalda choca con los azulejos, mi cuerpo se arquea. El agua cae por mi rostro, se desliza por mi piel colándose en mi boca. Tiemblo, gimo. El clímax nace en mi centro, sube y luego baja, me envuelve en una espiral húmeda cuya salida no puedo —ni quiero— encontrar. Oigo, casi amortiguada, una voz que me arrastra al mundo real.
—¿Cariño, estás en casa?
Mi imaginación comienza a revolotear libre, y me resulta sencillo recrear cómo la boca de la mujer que me ronda la cabeza se hace un hueco entre mis pliegues, en busca de ese lugar tan concreto que hace que mi piel se erice. Los movimientos circulares del pequeño objeto que sostengo entre mis manos imitan el vértice de una lengua inquieta, persistente y obstinada. Tanto que parece que en lugar de una sean dos.
Con el propósito de lograr una mayor exposición a la estimación que me ofrece el juguete, levanto una pierna y la dejo descansar en el borde de la bañera. Separo mis labios íntimos con lentitud y lo coloco sobre mi clítoris. Ese cambio provoca que mi placer se incremente considerablemente. Vuelvo a gemir. Siento el orgasmo cerca y ya lo ansío. Lo quiero, y lo quiero ahora, de modo que llevo mi índice al botón que hace que a la oscilación se le sumen vibraciones intensas.
[img=234x0]https://www.lelo.com/es/blog/wp-content/uploads/2016/04/Ora_2_234x60_20150720.jpg[/img]
Mi espalda choca con los azulejos, mi cuerpo se arquea. El agua cae por mi rostro, se desliza por mi piel colándose en mi boca. Tiemblo, gimo. El clímax nace en mi centro, sube y luego baja, me envuelve en una espiral húmeda cuya salida no puedo —ni quiero— encontrar. Oigo, casi amortiguada, una voz que me arrastra al mundo real.
—¿Cariño, estás en casa?
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